Los orígenes se produjeron con las observaciones de Charles Darwin en su libro de 1872 "The Expresión of the Emotions in Man and Animals", otro de los autores más influyentes ha sido Albert Mehrabian que defendía en su libro Silent Messages que en una comunicación el lenguaje verbal ocupa el 7 por ciento; el lenguaje vocal, es decir, la entonación, los matices y la forma de pronunciación, ocupa el 38 por ciento, mientras el lenguaje visual, es decir, el lenguaje corporal y la imagen, ocupa el 55 por ciento.
En las investigaciones de Mehrabian se ha demostrado que al ver algo o alguien agradable las pupilas se dilatan, la mirada es más intensa, hay una proximidad mayor, una inclinación más pronunciada, los brazos y el cuerpo están más abiertos, y se percibe una relajación en las expresiones faciales, entre otras cosas. Respecto a la expresión de la mirada, otros autores realizaron diferentes estudios, destacando el movimiento del ojo (Argyle y Cook) y la dilatación de la pupila (Hess). Este último escribiendo un libro llamado "The Tell-Tale Eye" en 1975
Es esta la razón por la que debemos preocuparnos por lo que estamos comunicando y cómo lo estamos transmitiendo por medio de nuestro lenguaje corporal y la imagen que hemos proyectado. El conocer y controlar nuestros gestos y matices nos puede ayudar a conseguir dar una buena impresión y entender mejor al resto de personas. Pero uno de los puntos que puede ser más difícil controlar y en los que más debemos trabajar para obtener información es en la dilatación de la pupila.
Como curiosidad, existe una referencia en Blade Runner donde a partir del estudio de la pupila podían distinguir los replicantes de los humanos.